Ciertamente llevo un tiempo largo sin contaros cosas. No es por nada especial. A veces hay proyectos que te exigen una mayor implicación personal y que, por tanto, no te permiten dedicarle a otros, el tiempo que te gustaría.
Pero eso es algo que pienso solucionar, especialmente porque este rincón de mi casa que comparto con todas vosotras, mis queridas almas amigas, es muy importante para mi. Bastante más que cualquier otra historia que ocupe mis espacios y mis energías.
No os voy a engañar. Por la misma razón que uno descubre que las pequeñas cosas de la vida tienen mucho más valor que las grandes, también se da cuenta de que a su alrededor, a veces, hay personas que pasan desapercibidas, almas que se mantienen ahi, como a la espera de un gesto, de una palabra y, porqué no, de una caricia. Son personas anónimas hasta que en un momento dado, quizá porque salta la chispa, o simplemente porque ha llegado su momento, se te aparecen de repente y te das cuenta del enorme valor que tienen. Y les pones rostro, nombre y corazón. Porque ellas también laten.
Por mi, por ellas especialmente, no voy a dejar de escribir aqui, porque ellas son parte de mi y yo parte de ellas. Y mis relatos también. Lo mismo que parte de esos relatos de vuestras vidas que cada dia compartís conmigo, también, ahora, forman parte de la mia.
Buenos día Txema, me alegro tanto de volver a leerte!!
de escuchar tu voz.
Te esperamos cualquier viernes en el lugar de siempre.
Un fuerte abrazo,
Valentxu.