Cuando uno tiene la ocasión de asistir a un campeonato de algo, tiene la oportunidad de observar las diferentes reacciones de los competidores según ganan, pierden o se quedan en medio. Algo de esto me ha pasado este fin de semana asistiendo al Campeonato de España de cubo Rubik, evento en el que mi hijo competía. Sobre este tema ya escribía en un post anterior un relato que hablaba del cubo.
Al margen de que (y lo digo porque me apetece y se lo merece) Alex consiguiera hacer cuatro cubos a ciegas de manera simultánea, lo que le volvió a dar el subcampeonato, lo que yo quiero compartir con vosotras y vosotros es el valor del esfuerzo de estar concentrados antes de cada participación, la tensión de sentarse en la mesa, mirar el cubo (o los cubos según la modalidad) como queriendo interpretar lo que nos quiere decir, sopesar las probabilidades, visualizar el camino más corto para resolverlo y, cuando por fin se inicia el tiempo, la velocidad se impone; la habilidad de la vista y de la mente que, seguramente, va unas milésimas por delante de las manos. Y por fin, el cubo resuelto… o fallado. Y aquí es donde quería llegar yo. ¿Qué separa a un ganador de un campeón? Porque hay diferencia. El ganador, cuando pierde, se enrabieta, siente su orgullo herido y reacciona con enfado. El campeón, en cambio, se alegra de que su contrincante haya sido mejor que él y, humildemente, le felicita.
¿Y cuando ganan? El ganador, se siente el mejor, se vuelve arrogante y se cree imbatible. El campeón, se abraza al segundo clasificado y, con todo respeto, casi le pide disculpas por haberle ganado. Y eso es lo que yo vi sobre el escenario donde se celebraba el Campeonato de Rubik, a todo un campeón llamado Rodri. Teníais que haberle visto con qué sencillez se alegraba de su triunfo mientras se abrazaba, una y otra vez, a su adversario, por cierto, un chaval de 13 años. Poco después, en un aparte, me decía: «él es mejor que yo, mucho mejor que yo». No, Rodri, tú eres el mejor, como cubero en velocidad y como persona… un campeón.
– ¿Y los demás?- me preguntaréis… Los del medio… No hay nadie en el medio. Todos ellos forman un gran equipo donde todos se animan unos a otros, se alegran con sus pequeños, pero a la vez grandes logros… se entristecen con las decepciones de sus compañeros y, juntos, como una piña unida de diferentes edades, condiciones y lugares de origen, también son «altius, citius et fortius». Como Rodri, también son Campeones.
Txema, muy felices fiestas y un gran 2011
Un abrazo
Interesante descripción Txema.
Un abrazo
Ritxar
Grande como siempre, muy acertada tu descripción del Campeón Ganador.
un abrazo compañero y feliz NAVIDAD!!!!
Grande como siempre, muy acertada tu descripción del Campeón Ganador.
un abrazo compañero y feliz NAVIDAD!!!!