«… Y los sueños, sueños son», diría el gran Calderón de la Barca. Cierto es, amigo Calderón, voto a bríos, pero no es menos cierto que la aventura del Telar de la vida está en perseguir esos sueños y hacerlos realidad.

Llevo mucho tiempo sin escribir en este espacio. La verdad es que la razón principal es que mi compromiso político con Verdes Equo me lo ha puesto difícil. Sin embargo, este tiempo lo he vivido con plenitud y agradecimiento a las personas que me han acompañado en este camino de la política de primera línea. Pero no solamente en estos últimos 15 años de vida de este partido verde, sino a lo largo de los 50 años que he estado en el compromiso socio-político-sindical.

Pero no me voy a poner en plan “abuelo Cebolleta”, porque la vida sigue y cada etapa de mi vida ha sido, y sigue siendo, un continuo aprendizaje. Y en ese aprendizaje he transitado, y sigo transitando, por espacios de crecimiento personal, ético y espiritual. Y en ese caminar por mi esencia, transito en espacios en los que los cuatro elementos están muy presentes en mi vida: Fuego, Aire, Tierra y Agua. Espacios en los que tejemos para cumplir nuestros sueños y ayudar a los demás a cumplir los suyos.

Es un espacio en el que estoy ahora de manera más presente, pero si hago repaso a toda mi existencia, resulta que llevo toda mi vida tejiendo en un Telar en el que he podido cumplir muchos de mis sueños y he facilitado que otros también consigan los suyos. Y esto es lo realmente importante: ser capaz de que ambas tejidas, la que llevo realizando durante toda mi vida y la que estoy resintiendo ahora en el “Telar de los Sueños” se integren, de manera perfecta, la una en la otra.

Siendo conscientes de que en este plano nos estamos moviendo en clave “ser humano”, con todas sus amorosas imperfecciones, quiero dedicar estos primeros posts después del paréntesis, precisamente a reflejar porqué el tránsito por los cuatro elementos, el ser conscientes de cómo hacemos ese tránsito y qué aporta cada uno de ellos a nuestra vida, a la mía, nos influye en cómo abordamos los diferentes aspectos, cuestiones y situaciones que nos surgen en ese camino.

En este sentido, el “Telar de los Sueños”, y en general el Telar en el que nos movemos a lo largo de nuestra vida no son sino reflejo el uno del otro, y no se pueden entender el uno sin la experiencia que aprendemos del otro.

A esta entrada le seguirán otras 5… ¿Por qué cinco? Porque a los cuatro elementos (Fuego, Aire, Tierra y Agua) le sigue un quinto elemento, (y no me refiero a la película de Bruce Willies) que algunos le llaman Éter, pero que, al margen del nombre, para mi significa el que engloba los otros cuatro y es la esencia de nuestro ser. De mi ser.