Hace un año ya…

Hace un año ya de mi último post en este mi querido rincón. Y no parece que fue ayer, porque durante este año han pasado muchas cosas y ha sido un año muy pero que muy largo. Muchas buenas, unas cuantas regulares y unas pocas no muy buenas, pero todas son parte de la vida y de todas ellas aprende uno.

Lo primero, dentro de ese proceso de renovación interior en el que estoy, me imagino que os habréis dado cuenta de que este blog ha cambiado. Ha cambiado en la forma, no en el fondo, pero incluso la nueva forma tiene que ver con el fondo. He cambiado de plataforma (ya no utilizo blogger sino wordpress) y sigue siendo un espacio intimista, pero también en la forma. Cuando uno empieza en esto de los blogs descubre todo un mundo de herramientas que le pueden dar al blog mucho colorido, diversidad de iconos, figuras, complementos… Vamos que uno está como un niño que acaba de recibir los regalos de Navidad. Llenas el blog de cosas curiosas.

Pero según vas madurando te das cuenta de que ese despliegue de formas puede llegar a eclipsar la joya que se esconde dentro, aquello que yo quiero transmitir. Vamos, que el bosque te oculta el árbol centenario que pervive en su interior.

Al final te haces consciente de que lo que importa es ese árbol que está enraizado con fuerza en la tierra, esa joya que se esconde detrás de las cortinas de colores. Eso es lo que he hecho con este mi querido espacio. He talado los arboles que sobraban, los adornos que lo ocultaban, porque lo que quiero mostraros es lo que se esconde dentro y no lo que lo rodea. Porque lo importante es lo que yo os quiero contar. Sin interferencias. Sin distracciones. Espero que os guste y que lo sigáis disfrutando.

No es lo único que estoy «talando». Este año es el año de la siega y la cosecha. La siega de lo que no necesito o de lo que me causa tristeza, dolor. La cosecha de lo que me enriquece, me gratifica y me hace crecer como ser humano. Es un año de profunda transformación personal. Más de 40 años dedicados a unas labores que aun siendo algo gratificantes (no me voy a quejar ahora) laboralmente, no han ido más allá. En breve iniciaré una nueva etapa en mi vida, con un cierto desasosiego pero también con una gran ilusión y esperanza. Ilusión por las cosas que voy a poder hacer, esperanza porque quiero que sirvan para seguir creciendo emocional, vivencial y espiritualmente. Sin grandes objetivos, sin medir los tiempos ni las distancias en ese caminar. Aprendiendo a decir que no, cuidándome y cuidando. En definitiva, dedicándome a Vivir. Y eso es lo que estoy haciendo.

Hace un año ya, pero aqui estoy de nuevo, preparándome para mi próximo noveno séptimo año (9 veces 7), dos números mágicos para mi. Y espero que me sigáis acompañando en esta travesía. Yo os la seguiré contando.

1 comentario

  1. Mari Carmen Ruiz

    Maravilloso como siempre, Txema.
    Tienes el don de la escritura y veo tu interés en transformar..
    Me alegra que estés de nuevo en la brecha.
    Supongo que la nueva etapa a la que te refieres, es que por fin te jubilas. Enhorabuena majete.
    Ojalá todos tus sueños se cumplan, te lo mereces.
    Un besazo enorme.

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