Que mejor momento para compartiros mis sentimientos que este 28 de noviembre, año 61 de mi plena y gratificante vida. Porque si algo han sido estos 61 años es plenos y gratificantes, con sus luces y sus sombras. No voy a hacer ahora repaso de los 61 años (¡No por Dios!), os quiero demasiado como para haceros pasar por ese trance.
Pero no tengo mejor manera de agradecer las muestras de cariño recibidas de innumerables personas, cercanas o menos cercanas (pero también queridas) a través de diferentes herramientas. Desde las más personales (llamada telefónica, wasap o telegram y correo privado) hasta las más abiertas como el Facebook.
Al margen del canal que hayáis elegido, a mí me sirve para dar gracias a la vida por vuestra presencia cercana, por vuestro cariño y por todo lo que aprendo de vosotras y con vosotras. Sois un referente en mi vida, una guía en los momentos duros y un ejemplo a seguir muchas veces.
Doy gracias a la vida por mis hermanas y hermanos de Comunidad, con quienes comparto espiritualidad y la fe en un Jesús que estuvo con los más humildes y que sigue siendo mi referente como creador de nuevos paradigmas.
Doy gracias a la vida por mis compañeras de compromiso político, aunque ahora parezca que estoy desconectado y bastante desorientado, ellas siguen siendo mi acicate y mantienen mi creencia de que otro modelo de hacer política por y para las personas, es posible, a pesar de las sombras.
Doy gracias a la vida por mis compañeros de activismo social, mis queridos y amados amigos de camino igualitario, ese camino hacia ese modelo de hombre tierno, cariñoso, solidario, respetuoso, igualitario. Ese modelo que tenemos que rescatar. Con ellos descubro mis luces y mis sombras machistas, y aprendo cada día a ser mejor hombre y, por tanto, mejor persona.
Doy gracias a la vida por todas las personas, hombres, mujeres, jóvenes, mayores… que me escuchan en mis talleres y charlas, porque con ellas también aprendo y me reconstruyo.
Doy gracias a la vida por todas esas mujeres que me interpelan y me acompañan en ese camino hacia la igualdad siendo un referente muy importante en mi proceso de transformación personal. A todas esas mujeres que me han acompañado en el Encuentro Mixto y de las que tanto he aprendido y recibido.
Y por supuesto, doy gracias a la vida por mi familia, mi pareja, mis hijos e hija, que me acompañan en ese largo camino de crecimiento personal, me interpelan, me aguantan y me sostienen en los momentos de flaqueza.
Doy gracias a la vida por tantas cosas, que no me cabrían en un libro de mil páginas. Por todas esas cosas pequeñas que cada dia, a cada instante, me llenan y que me recuerdan que, ciertamente, tengo que darle gracias a la vida.
Hoy he cumplido 61 años, un día más que ayer y un día menos que mañana. No lo podía haber celebrado de mejor manera que vivirlo con Isa y haciendo lo que más me gusta y llena: hablar a un grupo de estudiantes de ingeniería en la Universidad de Eibar sobre la violencia machista. Podía haber sido en otro sitio, pero para mí ha sido un regalo hacer lo que más me llena: hablar a los chicos sobre el modelo de hombre que tenemos que ser.
Doy gracias a la vida porque me siento querido por tantas y tantas personas, porque a pesar de que me está tocando vivir una etapa físicamente un poco (solo un poco) complicada, de bajón, anímicamente, emocionalmente, todas vosotras sois mi aliciente.
Por eso y por muchas cosas más, porque cada día amanece, porque disfruto de los rayos de sol, de las tormentas y de la luz, CADA DIA, AL LEVANTARME, DOR GRACIAS A LA VIDA.
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